lunes, 9 de febrero de 2009

¿Por qué El Paciente Andaluz?

El título del blog no es casual. Como cinéfilo, me inspiré en el título del fallecido director Anthony Minghella (El Paciente Inglés, 1996), no en su vertiente médica, sino por la exactitud con la que el intercambio de palabras retrata el hastio y la impotencia que cualquier andaluz no socialista (de convicción o de conveniencia) y no partícipe o beneficiario de esta "semidictadura" de más de 26 años del Sr. Chaves, en su más sensato e imparcial juicio puede experimentar. Sólo algunas de las dictaduras más duras y crudas del mundo, pueden superar tan discutible hito.
El problema se presenta y en eso tengo que reconocer "el buen hacer" del PSOE andaluz, es que más de 2.100.000 andaluces no sienten la misma frustración. Se podría llamar síndrome de Estocolmo, anestesia mental o en la gran mayoría de los casos, servilismo agradecido.
Es dificil entender cómo una región tan rica en tantos factores y con tanto potencial, siga siendo tantos años después una de las regiones más pobres, atrasadas, e incultas de España y de Europa y sin embargo que sus ciudadanos, sus votantes, sigan manteniendo intocable al poder establecido, pese a su constatada ineficaz gestión.
Podemos buscar la explicación en el inmenso (y en su mayor parte innecesario) staff de funcionarios, altos cargos, asesores y un sinfín de puestos directos e indirectos, supuestamente de trabajo, dentro de la enorme maquinaria de la Junta de Andalucía, de las empresas que esta contrata y de los ayuntamientos que lidera. Cientos de miles de hipócritas y egoístas votos que temen que un cambio político cambie su status personal, aún en detrimento de un mejor status regional. No olvidemos tampoco el subsidio del PER y sus sucedáneos, junto con otro buen puñado de subvenciones y apremios de distintas índoles. Estos votos cautivos, también ampliados a otras comunidades como Extremadura, tan pobre como Andalucía y que instauran la idea de cobrar sin trabajar (la del dinero fácil ya se la quedan para ellos), implican una serie de factores negativos, como son la falta de iniciativa empresarial, el pobre dinamismo económico, un escaso factor productivo, la desatención de los sectores económicos secundarios y terciarios, la desindustrialización y escasez de infraestructuras que garanticen el progreso económico, científico y tecnológico. Y sobre todo, el conformismo. Porque gestionar no saben, pero los polícitos del PSOE son maestros en utilizar y manipular los distintos canales de comunicación y publicidad para hacer pensar que lo que hay es lo mejor y que nadie puede mejorarlo, más bien al contrario. Es la ventaja de los que piensan que el dinero público no es de nadie, ilimitado para invertir en su propio beneficio y además tienen la conciencia lo suficientemente insensible para no dejar de dormir por ello.
Ni siquiera por limpieza e higiene política o por ética, quienes han dejado Andalucía en los peores puestos de ránkings españoles y europeos en temas económicos, de empleo, industria, socioculturales, sistema jurídico, sistema sanitario, en I+D, calidad de enseñanza, etc... se sienten obligados a dar el relevo a otros gestores que con nuevas ideas, proyectos y metas, por fin pongan a esta región en el puesto que es capaz de ocupar.

Me frustra que otras regiones, algunas de ellas aupadas por este gran negocio que en España es la política,  nos menosprecien, nos miren por encima del hombro o incluso seamos su objeto de burlas (¿quién no ha oído alguna vez aquello del andaluz vago?), cuando la raíz de casi todos nuestros males se encuentra en nuestros gobernantes y en la infraestructura creada para el mantenimiento de una situación que les conviene, con votantes manipulables, chantajeables o incluso enriquecidos a costa del capital público, del nuestro. 

Una de las principales características de los países o regiones sometidas a largas dictaduras y por extensión a países tercermundistas,  muchas veces al igual que Andalucía, con gran potencial aprovechado únicamente para el enriquecimiento imperturbable e interminable de sus dirigentes  (y por supuesto, familias, amigos, conocidos, socios, compadres...), es el establecer un sistema lo más intocable, estanco e inamovible posible, en Andalucía enmascarado con un supuesto derecho universal al voto que lo disfraza de legal y libre a simple vista, pero que esconde un gran tramado de cadena de favores, compromisos, miedos infundados, sutiles chantajes, engaños y desinformación. Otra similitud es la de mantener pobres cada vez más pobres que fortalecen y permiten ricos cada vez más ricos. En esto se ha convertido el cortijo o señorío del Sr. Chaves que algunos todavía nos enorgullece llamar Andalucía. 

Mi quebrada paciencia, resiste ante la esperanza de que una tierra con tanta riqueza y gran capital humano, algún día quiera y pueda mirar a un futuro mucho más prometedor.

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